Xavier Villaurrutia, poeta mexicano, nos regala en su vívido poema Nocturno en el que nada se oye, un fenomenal uso de una figura retórica relativamente infrecuente en la poesía: la poesía: la paranomasia. Consiste en utilizar palabras de sonidos similares pero con significados diferentes en sucesión. He aquí la magistral figura de Villaurrutia:
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
Ahora me gustaría compartir un poema mío en el que intento explotar esa misma figura retórica, esperemos que con éxito moderado, y que dedico a México desde el fondo de mi corazón.
En el ombligo de la luna
¿Qué hace un hombre en el ombligo de la luna?
Por ti erra perdido
por ti herra perdido
por tierra perdida.
Lo que perdió un fiero
lo ganó otro con fierro
Juego
de sangre y de fuego
Juego
con sangre y con fuego
¿Qué herra?
Lo que no era
En una era
Que nunca más será.
¿Se sabe perdido?
Se sabe conquistado
Mas no conquistador
Erra
Pues en nueva era
Es Conquistado
y Conquistador
Herra
En el ombligo de la luna
Jaén A. Ocádiz
Jaen, no cabe duda que los silencios hablan...
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